¿Vives continuamente preocupada o angustiada?
¿Tienes la sensación de ir corriendo a todas partes?
¿Eres de las que presume de agenda llena?
¡Atención porque esto te interesa!
Ese estrés mental, puede hacerte enfermar y producirte además otros problemas:
- Estreñimiento
- Desequilibrio menstrual
- Caída de cabello
- Problemas en la piel
- Sobrepeso
Ese estrés es ahora tu mayor fuga de energía. Estás tratando de cambiar lo externo, de modificar situaciones que probablemente no dependan de ti y además lo haces desde un sentimiento de miedo.
Esos pensamientos son los que no te dejan dormir, los que te hacen recurrir a la comida, sentir vacío y querer llenarlo a toda cosa con cualquier cosa.
En ocasiones te sorprendes agotada y te acabas dando cuenta de que tienes la agenda llena, te gusta presumir de mujer multitarea…
El problema no es hacer cosas sino es el sentir desde el que nace ese hacer pensando que cuando no haces pierdes el tiempo, no eres productiva, no consigues lo que quieres e incluso no vales.
El estrés emocional, hormonal y el físico afecta por igual, está conectado y ese sentir se lo estás transmitiendo a tu cuerpo.
Cuando estás durmiendo se libera HORMONA DE CRECIMIENTO que es necesaria para crear y regenerar el músculo y perder grasa.
Dormir menos de 7 horas detiene la pérdida de grasa corporal, y no vas regenerar ni crear tanto músculo, tu recuperación tras los entrenamientos será peor.
También aumentan los niveles de cortisol y eso favorece que acumules grasa.
La falta de sueño te hace comer mal y peor al estar preocupada. Durante el sueño es cuando el cuerpo se recupera por lo que dormir poco/mal aumenta la hormona ghrelina que es la encargada de enviar señales a tu cerebro que activan tu sensación de hambre. Así es como comienzan los antojos por algunos alimentos altos en carbohidratos y azúcar y resulta casi inevitable entrar en el círculo vicioso de comer, tener hambre, sentirte cansada, triste, luego culpable, y volver a comer.
Técnicas para poner en práctica que te ayudarán:
- Cambia lo que está en tu mano y acepta lo que no puedes cambiar
- Aléjate de las fuentes de estrés
- Haz cada día algo que te divierta
- Desahógate y haz ejercicio
- Aprende maneras de relajarte, puedes probar el yoga, la meditación.
- Empieza a poner límites, atrévete a decir NO.
- Practica sexo
- Duerme suficiente
- Ten vida social.
Reconozco que en mi caso lo que me falta son horas de sueño, antes de modificar mi plan de alimentación o mi entrenamiento es vital repasar mi higiene del sueño así que ya he empezado a ponerme con ello llevando un registro de mis horas de sueño sumado a la práctica de la meditación y mis actividades deportivas.
Recuerda que antes de “sanar” debes estar dispuesta a dejar a un lado las razones que te hacen enfermar… ¿lo estás?.
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